Se ha escrito mucho sobre la felicidad. Desde el principo de la civilizacion que se habla de ella como un estado ideal del ser y del estar. Son muchas las fórmulas, recetas e instrucciones que se dan y se publican a diario para llegar a esa especie de paraíso terrenal en que uno es feliz y no siente nada más que "en positivo". Existe toda una industria dentro del llamado "crecimiento personal" que gira alrededor de esa idea. Lo que debes hacer es aplicar unas reglas y métodos: entonces serás feliz. Si no lo consigues, será que te falta "disciplina": necesitas leer y practicar más. Desde ese lugar, las frustraciones suelen ser tan numerosas como los intentos.
En realidad, la felicidad auténtica no se consigue desde la
obligación, el esfuerzo y la disciplina. Si así fuera, estaríamos
hablando de una felicidad impostada, rígida y temerosa que poco
tiene que ver con ella.
La
felicidad tampoco es un estado de euforia o exaltación. Yo no consigo la
felicidad cuando mi equipo marca un gol o cuando por fin, me toca la lotería. Por supuesto que estaré contento, ¡es
una gran noticia!... Tanto en la euforia como en la exaltación, el
ingrediente emocional principal es la alegría. Pero no es una
alegría pura. A nivel emocional, en estos casos la alegría puede
mezclarse con otras tres emociones: la agresión ("¡¡¡por fin tengo
lo que quería!!!", "¡¡¿¿por qué tuvo que costarme
tanto??!!"); el miedo (me pongo nervioso, no sé qué hacer y me
aguanto la alegría que siento, no sea que me la quiten); o con la
tristeza (por todas las veces e intentos en que no obtuve lo que
quería). Más allá de estos supuestos, la felicidad es otra cosa. La
felicidad tiene más que ver con un estado de alegría pura (sin
mezclas), y tranquilidad.
¿Qué tiene que suceder para sentirnos alegres y
tranquilos?, ¿qué nos produce una alegría que se asienta y
nos aporta tranquilidad y bienestar?...
Sabemos que a nivel de relación humana, lo que profundamente nos
mueve en la vida son los instintos. En esta entrevista hablo brevemente de ellos. Durante millones de años de evolución, lo que sustenta la
vida es el instinto. Sin él no estaríamos aquí.
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Foto: ESPERANÇA URDEIX |
A nivel de proceso evolutivo, la alegría es la emoción que sentimos
cuando se satisfacen nuestras necesidades instintivas. Sin
satisfaccion no hay alegría, y mucho menos felicidad. Cuando esas
necesidades no son satisfechas, durante nuestro crecimiento
acumulamos en nuestro cuerpo emociones como el miedo, la rabia y la
tristeza básicamente, sobre todo cuando no tenemos más remedio que
vivirlas en soledad. Si estas emociones pudieran ser acompañadas se
transformarían en la tranquilidad que nos permitiría desarrollarnos
con garantías saludables. Según las respuestas que recibimos en
cada una de nuestras necesidades instintivas, construimos nuestra
personalidad. Si básicamente vamos sintiendo que nuestras
necesidades son atendidas y cubiertas, o aunque sean frustradas nos
acompañan en nuestra frustración, nos iremos vinculando
positivamente a las personas, y dentro de nosotros se irá asentando
una alegría y una tranquilidad que nos permite vivir la vida en
plenitud. Ahí residen los cimientos de la posible felicidad.
En nuestra sociedad, a menudo buscamos la felicidad en la
consecución de objetivos, en tener y poseer como prioridad. Es
cierto que alguna satisfacción nos da, pero en realidad eso no da
sentido a nuestra vida. Tener y alcanzar objetivos es parte de esa
felicidad, que no será consistente si no tiene la base del ser en
cuanto a cómo nos relacionamos con nosotros mismos y desde ahí con
los demás.
El actor Ricardo Darín fue entrevistado hace unos días en la televisión argentina. Te invito a ver este fragmento de video...
El actor Ricardo Darín fue entrevistado hace unos días en la televisión argentina. Te invito a ver este fragmento de video...
Hay un cuento oriental que habla de una reunión de dioses que
discuten acerca de dónde esconder las llaves de la felicidad. Tras
un largo debate deciden esconderlas en un lugar donde ellos creen que
los seres humanos tardarán más en buscar: detrás de su corazón.
No hay que ir a ningún lugar a buscarla, está dentro de nosotros.
Pero... ¿cómo tenemos nuestro corazón?... ¿cómo está, cómo se
siente?... Si entramos en él empezaremos a sentir sus heridas. Tras
las heridas está él. Quizás un poco magullado, pero en su sitio, palpitando.
Un día me preguntaron: ¿por qué es tan complicada la relación
humana?... Creo que es una pregunta crucial para empezar a ver qué
tiene el ser humano dentro para que la relación humana esté como
está hoy en día. La respuesta a esa pregunta es responsabilidad de
cada uno encontrarla para ver qué hace con ello. Personalmente, si
alguna respuesta puedo dar, sería con la siguiente pregunta: ¿cómo
ha sido nuestra relación humana desde que somos concebidos hasta
nuestros días para que sea tan complicada?...
Desde las experiencias de cada uno, cada cual ha construido un filtro desde donde ve la
realidad: más o menos limpio, o más o menos sucio. Cada uno
tiene su filtro. Desde ahí se ve a sí mismo y a los otros. El
camino hacia la felicidad tiene que ver con la relacion que tenemos
con los otros, A partir de ahí veremos lo que tenemos dentro, y a
partir de ahí tendremos la posibilidad de transformar lo que
tenemos. Si solo queremos ver la luz del sol nos estaremos mintiendo
flagrantemente porque la vida no solo está hecha de sol y de luz. En
la vida también hay días lluviosos y nublados. Y a veces nieva. A
veces hace un viento terrible. Y a veces incluso la luz del sol nos ciega. La vida está hecha de todo eso y más. A mi modo de ver,
la felicidad consiste, una vez vamos madurando, aprendiendo y
obteniendo lo que necesitamos, en saber mantenernos enteros en todas las
circunstancias. No hay recetas, fórmulas, ni instrucciones. Tan solo personas y experiencias que
nos enseñan y nos muestran quienes y cómo somos.
Erich Fromm decía que la mayoría de los seres humanos fingen ser
felices, porque si no lo son, parece que sean unos fracasados. A
continuación añade que en la vida, lo más importante no es ser
feliz. En la vida, lo más importante, es estar vivo. Al fin y al cabo, de eso se trata: de estar vivo con todo lo que la vida significa.
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Hermoso!!
ResponderEliminarMuy bien, estubo bueno
ResponderEliminarOjalá esta idea llegara a más personas...
ResponderEliminarEsas palabra dan mucha paz,clarifican y aterrizan.
ResponderEliminarExcelente, pero diria que no es en el corazón donde se encuentra, entonces diría como en el relato, allí llegaria un cirujano y la encontraría,sería en el alma, porque esta de las almas dentro aún de hombre pequeño en tí se encierra y lo ves cuando actuas con amor
ResponderEliminarEl corazón como asiento del alma...
EliminarSaludos
lecturas que dan sociego al alma.
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